Lady Sarah Winchester adquirió en 1.884 su casa de propiedad, en San José, California. Viuda del magnate de armas William Winchester, estaba convencida de que los espíritus de los muertos que habían fallecido bajo este arma, querían vengarse sobre su persona y atentar contra su vida.

Así, Sarah Winchester se refugió en su enorme mansión e invirtió una buena parte de su fortuna en construir interminables pasillos, habitaciones, y escaleras que extrañamente no conducían a ningún lugar, para engañar a todos los visitantes nocturnos y que no la pudieran encontrar nunca....

Sarah Pardee había nacido en 1.840.
Se casó con el magnate de armas William Wirt Winchester, el hijo del fabricante del famoso rifle americano, una de las firmas más importantes que se empeñaban en construir por la fuerza el sueño americano, aunque fuera a tiros.

El nuevo rifle Winchester despejaba las tierras de indios, y hacía rugir igualmente su fuego en las interminables luchas y rencillas entre los mismos colonos del Nuevo Mundo.

Como si un maleficio hubiese caído sobre la familia Winchester, en 1.866, Ana, la única hija del matrimonio, de apenas un mes de edad, murió de marasmo.

La desgracia no abandonaría la casa de los Winchester, porque en 1.881, murió William, a consecuencia de la enfermedad de la tuberculosis, quedando Sarah a partir de entonces, completamente sola y como única destinataria de todos los hechizos de aquellos que habían encontrado la muerte bajo el mortífero rifle.

Víctima de un triste destino, y a pesar de poseer una inmensa fortuna, Sarah se vió atrapada en la soledad y en el vacío. A veces experiementaba la desagradable sensación de que la muerte planeaba por encima de ella, amenazando con sorprenderla al menor descuido...

Sarah Winchester huyendo de la alargada sombra de su infortunio buscó un refugio lo más seguro posible y así, en 1.884, adquirió una Mansión en propiedad, en San José, California, instalando allí su residencia, a partir de ese momento.

Para defenderse de posteriores desgracias y del hechizo fatal que pensaba se cernía sobre ella, a causa de las víctimas provocadas por el endiablado arma, la joven viuda, que siempre se habia sentido atraída por las ciencias ocultas, fué a pedir consejo a un medium.

Además, dado el dolor que sentía a causa de la pérdida de su esposo, y también debido a su interés por el espiritismo, creyó adecuado consultar a su medium, con la intención de contactar con su marido.

El medium sentenció claramente lo que vislumbraba:
- " Mientras sigas construyendo la casa, podrás evitar la muerte. Mientras la mansión esté en obras, seguirás en vida"....

A partir de ese momento, Sarah siguió literalmente el consejo del medium consultado, y consagró toda su vida y su fortuna, en prolongar indefinidamente sucesivas obras y construcciones reformando y ampliando interminablemente la colosal mansión de San José.

La rica heredera consultó constantemente a videntes, psíquicos, mediums, espiritistas, adivinas, curanderas, etc.. etc...con tal de burlar permanentemente lo que creyó que era su fatídico destino.

Durante 38 años, la señora Winchester siguió fielmente el consejo de sus asesores espirituales, y a partir de 1.884, nunca se dejó de construir en la gigantesca casa, trabajando en ella los obreros día y noche durante todo el año.
Y hasta que no le sobrevino la muerte, mucho tiempo después, la viuda de Winchester no cejó en su extraño empeño de añadir habitaciones, salones, pasillos, y escaleras a la soberbia mansion.
Lo más chocante de estas costosas obras era que estaban llenas de trucos y trampas arquitectónicas con la intención de engañar a los espíritus nocturnos, que según la dueña, pretendían vengar sus muertes y querían atentar contra su vida.

La casa se convertía así, día a día, en un encantado rompecabezas cada vez mas grande. Toda la arquitectura victoriana de este castillo de lujo desembocaba al final en un espejismo imposible: escaleras que terminan en los techos, barandillas que conducen al vacío, ventanas absurdas en las paredes, puertas que abren al abismo, y pasillos que se pierden en el infinito, pareciendo conducir a menudo hasta el mismísimo "Más Allá"...
Todo ello por no hablar de los intrincados jardines, que ocupaban una vasta superficie de 16 hectáreas.

En este grandioso proyecto, Sarah invirtió una cuarta parte (5 millones de dólares) de toda su herencia, estimada en 22 millones de dólares, toda la fortuna que había producido el prestigioso rifle, en una época en la que un obrero ganaba 50 centavos por todo un día de trabajo.

Lujosos empapelados traídos de Francia, ventanas Tiffany de Nueva York, y maderas de primera calidad de Africa, daban prueba del buen gusto de la Sra. Winchester.

Unos 20 albañiles trabajaban sin pausa en las obras de la mansión, mientras otras 20 personas componían el servicio doméstico de la residencia, todos a las órdenes de la solitaria dama a la que acechaban las presencias.
La pétrea mole residencial albergaba 160 habitaciones, 13 cuartos de baño, más de 2.000 puertas, 47 chimeneas, 10.000 ventanas, 40 escaleras, pasillos secretos y varios torreones.

Tanto es así, que cuando la señora de Winchester murió, había materiales de construcción en la casa como para seguir edificando y construyendo durante otros 80 años más.

Parece ser que el número 13 reinaba como patrón en muchas estancias: 13 columnas en el vestíbulo, 13 cuartos de baño, 13 ventanas en casi todas las habitaciones, al igual que 13 puertas, tal como también cuenta la habitación de la Señora de la Casa, la cual fué cambiada de ubicación 13 veces.
En las 13 chimeneas de leña y en las 13 chimeneas de gas, cual signo infernal, el fuego siempre mantenía viva la llama.

En el jardín exterior, el busto de un indio, pretendía hacer reverencia a los indios caídos bajo el arma que daba nombre a su apellido, e intentaba en vano hacer las paces con sus inquietos espíritus.

Sarah Winchester siempre permanecía escondida. Se cubría su rostro con velos y sombreros, de manera que no autorizaba a nadie de su personal doméstico que pudiera ver su cara.

Tenía permanentemente prohibido que alguien le pudiera hacer alguna fotografía, seguramente para que no la descubrieran los demonios, según la habría aconsejado su medium, a pesar de lo cual, un sirviente de su servicio, a escondidas, pudo retratar a esta enigmática dama poco antes de que muriera.

Esta imagen que mostramos en Are@ es la única fotografía que existe de la señora Sarah Winchester, la mujer a la que perseguían los demonios.

En el interior de la Casa, las campanadas sonaban a la una, a las cinco, y a las 12.
Según se dice, a medianoche, Sarah tenía una cita. Una sesión en la que invocaba a los espíritus...

De las personas que conocían a la señora Winchester, nunca supo nadie que la señora Sarah recibiera alguna visita de posibles amistades. Nunca sus amistades pisaron el magnífico Salón de Baile diseñado para dar cabida y proporcionar diversión a más de 100 parejas.

Sin embargo, a Sarah le encantaba este alegre lugar de la Casa. En ocasiones, la viuda se arreglaba y como si tuviera una cita, acudía al Salón de Baile para disfrutar de la música..,
¿Con quién bailaba Sarah?....

Fué durante el terremoto de San Francisco del 18 de abril de 1.906, cuando Sarah quedó atrapada en su propia habitación. Afortunadamente, después de muchos esfuerzos de los equipos de emergencia, la Sra. Winchester pudo ser rescatada.

Esta desagradable y claustrofóbica experiencia, motivada por quién sabe qué fuerzas misteriosas y extrañas, motivaron que Sarah ya no se sintiera segura ni en su propia casa, a pesar de todos los sistemas arquitectónicos de seguridad contra los espíritus con los que estaba dotada.

Seguramente, en su obsesión psicótica, llegó a pensar que el movimiento sísmico lo habían provocado sus enemigos etéreos, ya que no habían sabido localizarla.., ¡sí, eso era!!....
Fué por ello que la señora Winchester, en su huída permanente, trasladó su residencia a un barco anclado en la Bahía de San Francisco, en donde finalmente murió, según parece, mientras dormía.
Sarah murió en 1.922, cuando contaba 82 años de edad.

Hoy en día la Mansión encantada de Sarah Winchester, sigue exactamente igual que como la dejó su dueña. Conocida como la "Winchester Mystery House" (La Casa Misteriosa de Winchester), es un museo que atrae visitantes durante todo el año. Ante la laberíntica geografía interior de rutas paralelas e invisibles, se advierte encarecidamente al visitante que no se separe del grupo bajo ningún concepto.

Actualmente, casi un siglo después de que muriera su dueña, 8 administradores, 7 pintores, y 4 jardineros, se encargan del servicio de mantenimiento de la extraña construcción conocida como "Winchester Mystery House".

(De la Web: Enigmas y Misterios)